guiado por las apariencias

14/2/09

El museo imaginario del Tejón.

La foto es peor que mandar al abuelo a por droga, pero si pincháis la veréis más grande.

- La expulsión del Paraíso de Masaccio porque es un principio y representa un principio.

- El hombre tocando la trompeta de Piero porque intenta eternizar el instante del gesto a través de la geometría, algo imposible pero que todos hacemos de alguna forma.

- La Santa Úrsula de Carpaccio porque es Rose la Touche.

- El Jardín de las Delicias del Bosco porque muestra la libertad de un mundo inocente que nunca existió.

- La chica de Bellini porque es la primera chica de la historia de la pintura, y me encantan las chicas, y en la fascinación por su belleza profana e imperfecta está le tierna melancolía del memento mori y del carpe diem.

- El noli me tangere del Corregio por el "mírame y no me toques" que son la pintura y las relaciones humanas.

- La Santa Helena del Veronés por su pura belleza, en la que se apoya su mágica sensación de ensueño. Por eso y porque es algo que tengo en común con Oscar Wilde.

- La Filis montando a Aristóteles de Baldung Grien porque la razón es obtusa, porque la pasión, el deseo y el amor mandan, porque no entiendo la relación de este pintor con el sexo pero está llena de intuiciones lúcidas que me obsesionan.

- La asunción de Tiziano por la primera vez que fui a Venecia, porque, aunque luego descubrí la Scuola de San Rocco y muchas otras cosas, aquella fue la primera vez que sentí el influjo de esa ciudad, mi ciudad.

- El sueño de Durero porque es un sueño dibujado y descrito en el s.XVI.

- Los cazadores en la nieve de Brueghel porque la Naturaleza es nuestra madre, nuestro enemigo a batir y nuestro campo de patinaje.

- El interior con mujer sentada junto al hogar de Jacobus Vrel porque me pregunto si esa mujer llora porque su hijo ha muerto o descansa porque el niño al fin ha dejado de llorar.

- La Sagrada Familia de Rembrandt porque en ella lo que importa es la familia, y los ángeles son intrusos.

- La Joven leyendo una carta de Vermeer porque antes veía intriga y era maravilloso y ahora veo el valor de lo íntimo y también lo es.

- El Ledikant de Rembrandt porque en el gesto de la mujer que ayuda al hombre a penetrarla se ve claramente que lo hace con una seguridad que se apoya en la costumbre. Pero sólo se disfruta de la escena y de sus detalles, sin juicio moral. Porque es una lección de como puede llegar a mirar el artista y de como debe mirarse el arte.

- El paisaje de Villa Medici de Velázquez porque es un viaje a un instante. La magia más pura.

- El Sueño del Caballero de Pereda porque es un sueño de deseo y muerte. Es la vida.

- El Sueño de la Razón Produce Monstruos porque el sueño de la razón produce monstruos.

- El hombre de la pompa de Chardin porque la vida pasa, y ya no es una alegoría si no una metáfora, y no hace un drama de ello.

- La Condesa de Chinchón de Goya porque se acerca bastante a mi mujer ideal. Porque tiene pinta de haber sido alguien muy bueno y muy desgraciado. Porque es lo que más me ha hecho sentir que conozco a una persona que nunca he tratado.

- La oración antes de la comida porque hay un momento para jugar y otro para sentarse a la mesa. Porque en la intimidad está lo mejor, lo mejor de todo, mejor que cualquier cosa del Mundo de las Ideas. Porque una vez le expliqué a una chica lo que busco en las relaciones amorosas y me respondió: "a ti lo que te gusta es tomar café", y eso es, exactamente, lo que me gusta.

- El artista desesperado ante los restos de la antigüedad de Fussli por la melancolía, que es la ausencia de Lacan y la Maya del zen.

- La Belle dame sans merci de Waterhouse porque me gusta cómo nos arrastra el amor cuando llega, aunque sea hacia la perdición.

- El Narciso de Waterhouse porque en este Narciso la protagonista es Eco.

- La Melancolía de Degas porque cuando pude verlo me quedé mirándolo mucho tiempo esperando a que rompiese a llorar o a gritar, pero nunca lo hizo.

- La Anunciación de Rosetti por la estupefacción y el miedo en su rostro. Porque así reaccionaría una niña de 13 años que va a ser desvirgada por Dios. Porque el Cristianismo es en realidad justo eso: los conflictos entre el mundo físico y el mundo de las ideas puestos al fin sobre la mesa en toda su incongruencia.

- La pareja en la cama de Toulousse Lautrec porque a mí lo que me gusta es tomar café.

- El Folies Vergere porque: "Hay un antiguo en mi interior que no quiere el nuevo tiempo. Que necesita una vida con sentido, que no puede escribir historias si no cree en ellas, que no se puede enfrentar a la pantalla en blanco si no sabe que los juegos de magia que crea tienen un algo de real, de Real. Aunque sea un algo pequeñito, como lo que vi en los cuadros de Manet. ¿Qué hay en los ojos de esa chica en el Folies Bergère? Manet sifilítico, sus piernas atrofiadas, acude al espectáculo de la noche, al espectáculo de la vida moderna, se rodea de toda esa nueva magia de luz y multitudes. Ve a la gente como muñecos, y él ni siquiera puede mover las piernas. Y detrás de una barra una chica sirve bebidas y un hombre se le acerca y Manet sabe que eso significa que esa noche ganará un dinero extra vendiendo su cuerpo a ese desconocido. ¡Qué atrocidad! Es lo único que le queda a la pobre muñeca y lo entregará por un poco de dinero. Y cruzan sus miradas en ese instante. Manet desearía que los ojos de la chica fueran como los ojos de los cuadros de Velázquez, agujeros de un mundo en crisis, agujeros de algo que ya se siente como un escenario, como el telón de un escenario, como la tela del lienzo. Pero tras el telón de Velázquez se abre un mundo de verdad; hay un peso en sus figuras; representan papeles en una obra, pero la obra tiene un sentido, un sentido dramático. Ahora los ojos de la camarera prostituta son hoyos, son agujeros que precipitan a una nada vertiginosa. El lienzo se abre en esos puntos negros a la nada más absoluta. Y Manet no presenta resistencia, no intenta convertir a las putas en diosas como Courbet, ni intenta ser el príncipe de un reino que no existe como Baudelaire. Es como yo, pequeñito. El cuerpo de esa camarera es un filete, carne como el de la Ninfa sorprendida. Y su poesía es la poesía de la empatía, nunca intentaría ver lo sublime, casi lo místico, en un trozo de carne podrida como su amigo el poeta, a esta carne que envejece dan ganas de abrazarla; sentirla, al menos, físicamente. Sentir su calor, calmar su frío: ante el desnudo, el erotismo es vencido por las ganas de dar abrigo. El tacto es importante en Manet, unos dedos jugando entre la lana, el agua corriendo por la garganta y esa pompa colgando de la paja que intentamos controlar por un instante antes de verla partir. Lo sensible es parte de lo que aun queda, y las botellas dispuestas en la barra están pintadas con una dignidad que la muchacha podría envidiar.
¿Y yo qué hago ahora? ¿Divertirme con un urinario? No soy tan moderno, no quiero algo tan feo. A Manet, por lo menos, primerizo en esto de no encontrarse, le quedaba novedad y nostalgia. A mí no sé… quizás sólo me quedan ganas de comunicarme para sentirme menos sólo. Y no estoy aún así mal encaminado del todo, porque para conseguirlo haría falta magia, artificio, arte."

- El juicio de Friné de Gerome porque es un alegato contra gran parte del arte contemporáneo. Porque hay algo real en las cosas bonitas, algo real en el sentido de que son algo común a todos, de que son una de las poquísimas cosas que nos unen.

- El baño en Asnières de Seurat porque el sueño de la razón produce monstruos. Porque cuando dejo de luchar por sentir todo lo que puedo, me encuentro viviendo en un mundo como este, porque este mundo también tiene su tristísima y gélida belleza.

- La maternidad de Sorolla porque muy misterioso tiene que ser lo que acaba de pasar para que todo esté tan tapado siendo Sorolla.

- El autorretrato de Picasso contemplando a la mujer porque yo soy nocturno y paso las noches pensando qué es lo que pasa. Porque a veces Almudena dormía a mi lado mientras yo escribía y la miraba dormir plácidamente y la ternura se mezclaba con la angustia. Porque yo nunca conseguiré hacer algo tan brutal que me de la sensación de haber pasado ese estado, porque Picasso sí lo hizo, algunos años después de pintar esto, porque por eso es el más grande, y no me refiero sólo entre los pintores.

- Los comediantes de Hopper porque es el último lienzo que pintó. Y ahí está todo, en las despedidas, en la palabra adiós. Porque por un lado es una palabra y como tal intenta agarrar algo, pero por otro es un adiós. Porque los dos personajes son él y su mujer. Porque en su pintura absolutamente todas las mujeres son Jo, su mujer: las monjas, las enfermeras, las que pasan por la calle, todas. Porque a pesar de la melancolía de sus cuadros, de lo siniestro que acecha en su desconfiada mirada a lo cotidiano, siempre estuvo Jo. Porque pasar la vida con alguien de verdad es hacer posible lo imposible, como la pintura. Porque la vida es un teatro. Porque a veces me emociono de verdad mientras escribo y me dejo ir.

Feliz San Valentín a todos.

Plata y oro.

El Tejón.
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4 comentarios:

Germán Huici dijo...

A la noche colgaré una foto con todos los cuadros.

Germán Huici dijo...

Lo único más triste que la calidad de la foto que he clgado es el hecho de que sólo yo comente mis propias entradas...

Anónimo dijo...

hey! puede que sólo tú las comentes... pero hay más gente que las lee...
isa

Germán Huici dijo...

Gracias Isa!!! Quñe cielo! Se agradece el apoyo, de evrdad.
Besos.