guiado por las apariencias

17/5/10

Los sueños.

Los sueños.

Como cristales de hielo caliente

que crecen en las sienes doloridas de los que duermen.


Tu cara.

Como promesa de felicidad,

de recuperar un jardín que nunca estuvo,

de apresar un puñado de arena que se escurre entre las manos.


La luz del sol.

Como una red real más allá de las palabras,

una imagen que abrasa las córneas y funde la angustia.

Una segunda oportunidad.


El desierto.

Como un carné de identidad de nuestro espíritu,

belleza abrumada, aullido solitario,

fuente de maldad.


Las manos.

Como huellas del paso del tiempo,

con dedos barrotes de acero,

charcos de agua sucia.

Recuerdos de todos los colores

repitiéndose como un castigo.


Los otros.

Como última esperanza.


Los animales.

Como alternativa imposible.


Los locos.

Como fuente de misericordia.


La ternura.

Como pura tristeza.


Tu cara.

Como promesa de felicidad.