guiado por las apariencias

22/4/13

It's water, my friend.

   Una de las diferencias fundamentales entre el dinero y Dios, es que el dinero no conoce la blasfemia.

 Uno puede cagarse en el dinero sin que nadie le persiga por ello. Es casi algo evidente y aceptado que el dinero es algo nocivo, vil, pero ello no aminora su poder. Visto así, el poder espiritual del dinero es una cierta forma de taoismo perverso
  
 El dinero es como el junco verde, que a pesar de parecer liviano, resiste al viento sin quebrarse, porque es flexible. Esto hace un tanto burda su identificación sin matices con el poder patriarcal...

 Tal es la naturaleza de nuestro enemigo: mutable y dúctil, fuerte en su inconcreción, en su fluidez. Imparable, como un cáncer. 

 ¿Cómo vamos a combatirlo?