guiado por las apariencias

4/7/13

Sobre dos comentarios de Karla.

Karla: Desire doesn't hide deep, it doesn't hide at all. 

Señor Tejón: Siempre pienso que es un error nada inocente el tender a concebir el inconsciente como algo que esta "debajo" topológicamente. Incluso existe esa especie de lapsus masivo del que participa mucha gente culta que es llamarlo "subconsciente" (no es coincidencia que de forma análoga al Surrealismo se le llama "Subrealismo"). No es algo que tenga desarrollado del todo, pero creo que el inconsciente es, en realidad, lo evidente, lo que sobresale en una persona, y la red de neurosis en la que vivimos, que tejemos para ocultar lo reprimido, nos sitúa debajo y no encima de lo inconsciente. En análisis uno no descubre aquello que estaba escondido, descubre aquello que siempre ha sido evidente pero que nos negábamos a ver. Esto se experiencia también en nuestras relaciones personales: cuando conocemos a alguien, de primeras, muy a menudo sus complejos y taras nos resultan evidentes, pero los obviamos y los acabamos olvidando según vamos entablando una relación verbal más profunda. Tiene que pasar mucho tiempo hasta que la intimidad nos hace bajar la guardia y podemos redescubrir a las personas en su evidencia. A menudo en esos momentos íntimos en los que atisbamos los traumas de un ser querido, de alguna forma le volvemos a ver como la primera vez, volvemos a la primera impresión, cuando aun no nos habíamos sumergido en la ilusión de su neurosis (bendita ilusión, que nos mantiene cuerdos). Por eso es fundamental no intimar con el analista, para que no nos cubramos frente a él de palabras, y lleguemos a su diván cada día como si le conociésemos por primera vez. 

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Karla: Don't take life so seriously, it's not like you're going to get out alive! ;) 

Señor Tejón: La miga que tiene esa frase es interminable... Por ejemplo, me recuerda a la relación de los occidentales con la medicina, que es lamentable. Cada día me gusta menos y es precisamente por esto, porque está basada en el objetivo ilusorio de intentar no morir nunca. Hemos elevado el no querer morir y el que la gente no muera al máximo exponente moral. Pero eso nos hace cobardes, sumisos, muy poco libres. Tenemos que espabilar y que el deseo de vivir bien supere al deseo de vivir a secas... Tomarnos la vida más a broma y la buena vida, la vida ética y moral, más en serio.

Vejez

La pasión de la juventud es como los bárbaros. Cuando uno se encuentra estable, se cree ya asentado, le llegan los bárbaros y lo ponen todo patas arriba. Tras la revolución, un nuevo orden, con mucha influencia, eso sí, del antiguo, que al fin y al cabo llevaba allí más tiempo...

Según uno se hace viejo le van quedando menos bárbaros, todos han conquistado ya en alguna ocasión la metrópoli y se han romanizado... Entonces no quedan revoluciones, queda sabiduría, memoria, pero no quedan bárbaros.

Hoy parece que en el mundo ya no hay verdadera diversidad de mundos. Todos comprando y vendiendo, construyendo edificios y usando pantallas o anhelando usarlas. No quedan bárbaros para tirar esta Roma, sólo diferentes familias de romanizados.

El mundo se ha hecho viejo, pero sin haberse hecho sabio... da miedo.