me parece mal la condena de la violencia,
cuando a los que apuntaban eran a los inmigrantes que venían a nuestras
fronteras porque éste era un país rico, eso no daba tanto miedo. todo
orden social está basado, en parte, en la violencia, la hipocresía en la
que hemos vivido en la que se ha negado esto es inadmisible. es hora de
abrir los ojos. pensar que hasta ahora no nos agredian porque
éramos buenos chicos, cuando vivíamos en una situación ultra
privilegiada respecto a los ciudadanos de otros estados es muy egoísta,
hoy nos toca a nosotros, pero la lucha siempre ha sido la misma.
mientras arde también Málaga, se anuncia que cancelan el programa Carne Cruda.
hace tiempo que tengo claro que la idea de ser español, o de cualquier país, es una idea nociva, porque todas las personas somos iguales, y no hay bandera que nos haga a unos más iguales que a otros. aun así, es difícil crecer en este mundo sin que le machaquen a uno con alguna identidad nacional. dentro de la que a mí me vendieron estaba que el mío era un país que a pesar de ser un poquito golfo y desorganizado, era una "democracia". en seguida descubrí que lo que llamaban democracia tenía poco de eso, pues se trataba de un sistema representativo que estaba muy lejos de dar ningún tipo de poder a la mayoría y que a penas guardaba algunos principios respetables. la libertad de expresión era uno de ellos.
no es que uno no sepa ya que casi toda esa propaganda era mentira, pero es difícil librarse de los mitos, no basta con saber que son mentira, anidan, al menos en parte e incluso aunque no nos guste, en un espacio más profundo que el del saber lógico.
ya compré el billete para irme a Canadá. otro mito de esta tierra española es que es el país donde siempre luce el sol, lo cambio por el frío, intento irme a la otra punta del mundo, a ver si allí las cosas son diferentes. en cierta medida escapo, sería tonto no reconocerlo.
cuando escribo un texto que de verdad me importa primero tiendo a desesperarme, caigo en el vicio de la frustración hasta alcanzar la inspiración por agotamiento
luego vomito unos cuantos fóleos de una vez, me siento eufórico mientras lo hago y sigo en ese estado hasta unas horas después de terminarlos
dos días más tarde, cuando vuelvo a ellos, descubro que son toscos, torpes; están verdaderamente mal escritos
entonces empiezo a corregir, poco a poco, poco a poco. como si tuviese la estructura de una escultura que aun debiese pulir, detalle a detalle
sólo al terminar esto, lo que he hecho tiene un aspecto aceptable.
todo proceso artístico tiene una parte de artesanía, de oficio. tal vez, la mejor parte.
Cuando las sentimos con mucha intensidad, durante mucho tiempo, o cuando han brillado con fuerza ante nuestros ojos, aun cuando cerramos los parpados algo de ellas queda grabado en nuestras retinas, y las percibimos aunque no estén, en forma de luces difusas, de restos.
Como tantas experiencias visuales, el mirar directamente a una bombilla y luego cerrar los ojos para ver los destellos que permanecen en nuestro ojo, es un acto que desvela muchos secretos.
Hoy he conocido a Inés. Los ojos azules descoloridos, casi blancos. Se le ha escapado una lágrima cuando me ha contado que sus dos hermanos murieron en la guerra. Tiene 102 años.
A veces me pregunto qué sentido tienen las artes con marco: fotos, películas, pinturas. Por qué necesitamos un límite que nos señale dónde está lo bello. En parte es un elemento fascinante y lúcido, pero si nos agarramos demasiado a él, empezamos a perdernos todo lo demás, que es casi todo.
Pienso que este video traduce bastante bien el sentir general de mi generación: Somos jóvenes con una amplia formación académica, criados en un entorno de enorme bonanza económica, con unos hábitos de consumo tal vez excesivos, que pretendíamos seguir el camino trazado en el modelo de vida propuesto por el estado del bienestar. Un modelo de vida que nos permitiría disfrutar de la riqueza dentro de una sociedad que aseguraba oportunidades de integrarse y un mínimo de dignidad a todos, o casi todos.
Como le comento a la mayoría de la gente sobre mi marcha, esa ilusión se ha visto frustrada, el estado del bienestar se derrumba y la sociedad de consumo también, al menos en el lugar donde vivo. Cientos de miles de jóvenes salimos buscando un futuro mejor, el futuro que esperábamos tener aquí, el mismo hueco, pero en otro lugar.
Movimientos como el 15-M traducen la frustración general de ésta, mi generación. Y aunque su corte ideológico es diverso, en sus mensajes mayoritarios se puede apreciar ese sentimiento de profunda insatisfacción que nos sacude. El 15M mayoritariamente pide que no se nos arrebate esa justicia social ahora que más la necesitamos, que se mantenga la cobertura médica, que se mantenga el sistema educativo, que el estado del bienestar que tanto se nos vendió en los tiempos maduros, no desaparezca ahora que vienen los duros.
Bien, esta es la generación a la que por espacio y tiempo pertenezco. Y esto es más o menos lo que le digo a la mayoría de la gente cuando me preguntan por mi marcha a otro país, planeada para dentro de unos meses. Pero, en realidad, es lo que digo sólo cuando no tengo confianza o no quiero discutir, porque, en realidad, todo lo anterior me parece una mierda.
Repasemos esas ilusiones sociales que hemos tenido, hablaré ahora por mi mismo:
Tengo 30 años, crecí en Madrid, comí bollicaos, vi el equipo A, me enamoré de Cameron Díaz en la Máscara, me acabé el Súper Mario Bross, seguí la Liga e hice más o menos lo que me dijeron... Tanto en el colegio, como en la tele, como en casa me repitieron una y mil veces lo importante que era estudiar, porque eso me permitiría trabajar y así podría tener dinero y una vida feliz. Pero no creo que tuviera más de 14 años cuando empecé a entender que todo eso era mentira.
Yo, y la gente de mi entorno, hemos crecido bombardeados por los mitos de la sociedad de consumo, pero también hemos crecido sabiendo (lo reconozcamos o no) que la gente de otros estados se moría de hambre mientras nosotros vivíamos en la abundancia material y que las fronteras de nuestros países estaban guardadas por vallas bien altas y militares armados que controlaban el flujo de inmigrantes y que intentaban que sólo pasasen los justos para realizar aquellos trabajos que nosotros no queríamos hacer.
Hemos visto a nuestros padres, beneficiados del "milagro español", de uno de los mayores despegues económicos de la historia. Y hemos visto que a pesar de tener casas en la playa, televisores de la hostia, coches, zapatos y juguetes para los nenes, en muchos casos no eran felices, y cuando lo eran no era en absoluto por lo mucho que trabajaban ni por todas las cosas que podían comprar con el dinero que ganaban.
Yo se desde niño que los banqueros son codiciosos, que los políticos, en todas partes, se mueven por la ambición de poder y que la seguridad social es algo que no estába mal, pero que se limitaba a mi país, que era rico y que "cuidaba" de sus habitantes, pero que no hacía una mierda por el resto del mundo. Se desde niño que el trabajo, para la gran mayoría de la gente, acaba siendo una mierda en la que uno emplea la mayor parte de su vida y que consiste, básicamente, en hacer lo que a uno le ordenan a cambio de dinero.
Hoy, mi situación económica no es buena. Gano una cantidad con la que mi madre no entiende que se pueda vivir (sobre todo pagando el alquiler que pago) y me cuesta encontrar trabajo. Pero, todavía, soy independiente, y mi mujer también. Podría quedarme, y desconfío del sueño del inmigrante; sé que es posible que no encuentre allá algo mucho mejor. No me voy por eso que le digo a la gente. No me voy para buscar mi final feliz.
Me voy porque estoy asqueado de este mundo. Porque no puedo con el modelo que se me ha impuesto, desde niño, nunca me lo he creido y nunca me ha gustado. Me voy porque siempre he intentado vivir en los bordes: al margen, dentro lo posible, de ese sueño que en el fondo TODOS sabemos que es una pesadilla. Me voy para no quedarme quieto, para seguir viviendo, y también para encontrar un lugar donde pueda hacer las cosas de la forma más diferente posible a aquella que me enseñaron que estaba pensada para mí.
Estamos perpetuando un mundo asqueroso. Hoy más que nunca la mentira que todos nos repetíamos una y otra vez resulta evidente, grotesca. ¡Basta ya! No deseemos volver a lo que teníamos, seguimos teniendo lo mismo: una sociedad de mierda donde unos pocos nos manipulan a la mayoría para explotarnos, para impedirnos ser dueños de nuestras propias vidas, y ni siquiera ellos mismos son realmente felices mientras nos joden.
No quiero para mis hijos la bonaza económica que yo he tenido, no quiero que ellos tengan la tele, ni los juguetes, ni el colegio, ni la medicina que yo he tenido. Por no hablar de la competitividad, la perspectiva laboral, la polución o el bombardeo mediático. Todo eso siempre me ha parecido una basura y si la crisis me anima a mí y otros a esforzarnos más por buscar otra manera de vivir, bienvenida sea.
Se que no voy a acabar en una maravillosa comuna, rodeado de verdes prados y siendo amigo de los osos amorosos. Tampoco me gustaría, la inocencia jipi me produce nauseas, pero al menos mientras no me conforme con esta basura y siga buscando y aprendiendo, no estaré completamente dentro de aquello que me habían prometido/impuesto. De eso va la vida, al fin y al cabo, de estar "en proceso de", porque llegar nunca llegas, sólo al final, en el que se llega a ninguna parte.
No se cuanto tiempo seguirá mi generación siendo una generación perdida, pero yo voy a esforzarme por no estar allí cuando ellos se encuentren. Voy a intentar seguir siendo una persona perdida, con una pareja perdida que forme una familia perdida, con niños perdidos. Y es por esto, no para encontrar, sino para seguir perdido, que me voy.
A todos los que quiero, les echaré de menos. Pero a los sueños que me vendieron, a esos no, ni tampoco a eso que llaman patria, que es otro nombre de la misma mierda.
Jack el destripador fue el primer hombre demonio. Los hombres-demonio del pasado no dejaban de ser hombres metamorfoseados o disfrazados. Hoy, perdidos de la mano de Dios y perdidos en ciudades inmensas, anónimas, donde estamos solos casi constantemente, más solos cuanta más gente nos rodea, no podemos ser ángeles, pero sí podemos ser demonios.
Me da pánico la carta del destripador, la ausencia de límites, el monstruo...
Desde el infierno
Sr. Lusk
Soñor
Le mando la mitad el riñó que cogí de una mujer lo guardé para usted lotro trozo freí y comí estaba muy vueno. Tal vez le mande el cuchill sangriento que lo sacó si tan sólo espiera un poc más.
firmado
cójame cuando pueda Senor Lusk.
Palabras deformadas, se me enroscan en algún lugar, adentro... Tenemos que intentar en serio, cada día, ser mejores personas. Por nosotros mismos. Por mantener a raya al monstruo.
he soñado con una pirámide. como en el hotel
California, en la pirámide, se podía entrar pero no salir. una vez dentro, todo
el mundo deseaba subir al cénit, para hacerlo debían pasar una serie de pruebas
misteriosas, pesadillescas. todos querían subir porque en los niveles más bajos
de la pirámide se pasaba muy mal, había un ambiente mezcla de miseria moral y
amenaza de castigo físico. subir era complejo, prácticamente imposible, y cada
nivel ascendido era igual al anterior. la gente de mi alrededor no había salido
nunca de los niveles más bajos y no hacían más que añorar esas zonas cercanas a
la punta. todo me parecía absurdo, yo sabía que más arriba todos los niveles
eran iguales, que no merecía la pena subir. aquello que nos amenazaba desde
abajo, el diablo, el macho cabrío antropomorfo, era el mismo ser que regía la Torre.
el reto, entonces, no era seguir subiendo, si no enfrentarse a su mirada. yo lo
intentaba, en una imagen como una viñeta de cómic: los dos sentados frente a
frente, sentados en la postura del loto sobre plataformas circulares que
surgían de las aguas. su rostro era demasiado aterrador, pero en el duelo
llegaba a ver por un resquicio de mi pánico el misterio en toda su plenitud:
ese monstruo que tira de nosotros desde arriba, que nos empuja desde abajo, no
existe; precisamente es lo único que no existe, es algo así como la muerte, a
la que no nos podemos enfrentar desde nuestra existencia precisamente porque es
opuesta a ella. y esa nada con careta de cabra es lo que nos lleva a construir
la pirámide, con todos sus pisos, con todos sus recovecos; la fortaleza donde
nos protegemos y nos encerramos a nosotros mismos; y los unos a los otros.
El sueño me recuerda a esa historia que tanto me gusta
sobre la Academia de Atenas, cuando estando Platón de viaje, los disidentes de
las enseñanzas del maestro (entre los que se encontraba Aristóteles), empezaron
a debatir la autenticidad del mito cósmico del Timeo. Decían que el escrito de
Platón no era más que una superchería, que nada tenía que ver con la verdad física;
que era falso. Los partidarios del Maestro se defendían argumentando que la
explicación que el Timeo proponía era un mito, y como tal era cierto de una
manera metafórica. A su vuelta,
Platón resolvió el entuerto de la siguiente forma: ni unos ni otros estaban en
lo cierto: el Timeo era efectivamente un mito, pero no por ello dejaba de ser
verdadero de una manera absoluta, tan absoluta como cualquier cuestión
comprobada físicamente. Yo de esta historia saco la moraleja de que en realidad
todo conocimiento, toda estructura, por muy científica y contrastada que esté,
no es más que una construcción humana: toda idea está hecha de lenguaje, y el
lenguaje es humano. El lenguaje son las piedras con las que levantamos la
pirámide, y no sólo es cierto; es lo único que puede ser cierto, pero sólo mientras
nosotros le dotemos de veracidad con nuestra fe en él.
Este sueño que he tenido de la pirámide lo interpreto
yo como un rechazo a la gnosis. La gnosis es ese conocimiento mistérico y sagrado,
que algunos sistemas religiosos toman como principio fundamental. La gnosis es esa
revelación, que sólo es transmitida a los iniciados en una doctrina y gracias a
la cual uno consigue elevarse a una suerte de nivel espiritual superior. La
gnosis es una mentira nociva: no hay secreto en las palabras más allá de su
significado evidente y de su condición de herramienta de relación entre los
hombres. Sí hay misterio: fuera de nuestro pequeño círculo humano de palabras,
símbolos, afectos y percepciones sensoriales, todo lo es. Pero su condición
misteriosa, no puede ser profanada por ningún conocimiento secreto, por ningún
lenguaje. La creencia en lo arcano nos esclaviza. Por dura que sea la realidad
humana: perecedera, endeble, maleable; enfrentarnos a su verdadera naturaleza
es lo único que nos hace más fuertes y más libres. La verdad es evidente, somos
nosotros los que la hacemos compleja por el temor a enfrentarnos a sus muros de
piedra.
Vivimos en una época atragantada de gnosticismo. Los
científicos cuánticos nos aturden con sus demostraciones de imposibilidades que
pretenden revelar los más grandes misterios del cosmos. Millones de
conspiranoicos se intercambian revelaciones terribles sobre planes secretos que
los poderosos traman contra la masa (algo estúpido en una sociedad que se
define precisamente por la falta de vergüenza de los explotadores a la hora de esconder
sus intenciones). Pedantes posmodernos posestructuralistas nos aturden con
incomprensible palabrería (como la de este texto, por otro lado), asegurando que
para desentrañar los complejísimos misterios sociales y humanos que abordan, es
necesario estar iniciado en su jerga neo-académica. Críticos e historiadores
del arte desprecian la función decorativa más evidente de las obras, e insisten en que su verdadero valor reside en las interpretaciones iconográficas, históricas o sociológicas que ellos amablemente y
por un módico precio están dispuestos a mostrarnos a aquellas mentes simples
que no vemos más allá de lo “bonito”. Todos estos, y muchos otros, se empeñan
en ser los poseedores de un secreto, de una clave, que sólo compartirán con los
iniciados en su causa…
Tal vez los más peligrosos de los sacerdotes gnósticos
actuales sean aquellos que guardan los “misterios de los mercados”. Sólo ellos
conocen los secretos que rigen las fluctuaciones de la bolsa: son los augures
que con sus presagios dan legitimidad cósmica (o “científica”, que viene a ser
lo mismo) al orden social establecido.
Toda esta basura mistérica sólo nos hace más cobardes,
nos aturde y nos esclaviza. No hay que entrar en el juego de querer subir
niveles de la pirámide, la sabiduría es algo extrañamente orgánico que no
entiende de jerarquías ni de academias. El mundo es mucho menos misterioso de
lo que insistimos en creer, y no debemos olvidar evidencias como el hecho de
que si hay suficiente riqueza para asegurar una vida digna para todos, no hay
misterio arcano que justifique el hecho de que tantos estén condenados a la
miseria. No se puede vivir sin cierta fe en las palabras y en las estructuras
que arman la sociedad y que nos permiten relacionarnos y vivir, pero esas mismas
estructuras son maleables, podemos cambiarlas con esfuerzo y trabajo. Es mucho
más fácil pensar que existe un secreto que da sentido a toda esta incoherencia,
pero no es así, toda esta incoherencia en la que vivimos, nuestro mundo, es tan
estúpido y mezquino como parece, y en nosotros recae el trabajo de enderezar
nuestras vidas y nuestro entorno, para que sean un poco más claros y justos.
Mi sueño de la pirámide no esconde una analogía arcana
sobre el camino ascensional al que el conocimiento nos dirige. Más bien manifiesta
mi pánico a reconocer que los muros de la prisión son una ilusión, que este
orden social que se desmorona a mi alrededor es sólo una convención que debemos
cambiar, pero dentro de la cual estamos aun demasiado encerrados para
atrevernos a revelarnos contra sus falsos misterios. Mi sueño me está
recordando el pánico que me produce la libertad a la que estoy condenado. Libertad
que deberíamos ejercer, primero de todo, para matar al dinero, ese mito
mistérico que ha crecido como un cáncer, y que hoy tenemos la obligación de
desterrar, igual que Nietzsche en su momento mató a Dios señalando la terrible
verdad de su no existencia.
La serie (muy gnóstica) Expediente X rezaba el
sugerente lema: “la verdad está ahí fuera”. La verdad no sólo está ahí fuera,
está delante de nuestras propias narices, esperando a que nosotros nos atrevamos a
enfrentarla. Pero Nietzsche acabó loco, y a mi generación nos aterra la mirada
del chivo.
Feliz primero de Mayo; brindo por el ansia de derribar todos
esos misterios que pretenden justificar lo absurdo, lo estúpido y lo injusto.
¿y si la principal responsabilidad de lo mucho que nos
están jodiendo fuese nuestra?
¿acaso no sabíamos desde hace mucho que la inmensa mayoría
de la gente que ostenta un poder sobre los demás, no son hermanitas de la
caridad si no personajes ambiciosos que buscan tener más a costa de los demás?
yo lo sabía desde niño...
¿y si se nos ha olvidado que el estado en absoluto
somos todos y que todos los beneficios sociales de los que disfrutábamos no
habían caído del cielo, si no que nos los concedían porque tenían miedo de
nuestra respuesta social?
¿y si en realidad todos sabemos que si nos tratan
mejor que en la edad media no es porque los poderosos de ahora sean más buenos
sino porque, con sus más y sus menos, las clases trabajadoras han conseguido
una serie de derechos en el pasado, mayormente luchándolos a sangre y fuego?
¿y si en realidad todos sabemos en algún lugar de
nuestras cabezas, que aquello que hoy nos quitan, aquello que tanto trabajo
había costado ganar, nos los quitan porque les estamos dejando quitárnoslo?
¿y si todo ese torrente inútil de denuncia de
injusticias evidentes (del que participo) no esconde la vergüenza de nuestra
falta de coraje para exponernos al sufrimiento que implicaría la lucha por
recuperar lo que nos están quitando?
¿y si estamos cometiendo un error al buscar en el Otro
las causas de lo que está pasando cuando en realidad la causa está en nosotros
y la solución están en nosotros, porque si esperamos a que los que gobiernan
vean la luz y se vuelvan bondadosos vamos bastante de culo?
¿y si realmente estamos condenados a ser libres y por
eso hay pocas escusas válidas para dejarse esclavizar?
¿y si lo que cambia es la dureza de los palos, pero es
en uno mismo en donde siempre reside la capacidad de revelarse contra los
mismos?
¿y si, aunque no tiene sentido sentirse culpable por
lo que nos pasa porque no es culpa nuestra, si debería llegar el momento de que
nos sintiésemos responsables de nuestra situación, el momento de que dejásemos
de intentar delegar gran parte de las responsabilidades de nuestra vida en una
gente que siempre hemos sabido que eran unos explotadores?
con tanta mierda lloviendo, uno se pone a pensar...
es muy difícil ser uno de nosotros, cargados de torpezas y de heridas en cada una de las palabras y de las imágenes hechas fantasmas en nuestras cabezas
todos los días nos arrastramos, con tanta miseria que despierta ternura, y, al mismo tiempo, de todos los animales, esos seres más simpáticos que nosotros, somos los únicos que caminamos de pie…
la mayor parte del tiempo, nuestros corazones parpadean llenos de sed de venganza, venganza contra todo por habernos hecho pecadores
venganza: sobre todo contra nosotros; nos castigamos haciendo cosas que no queremos hacer, a veces, demasiado a menudo, obligando a los demás a hacer cosas que no desean… extraña matemática de la humillación en la que nunca acaban de salir las cuentas…
destruimos, ignoramos, escupimos sobre la sencillez. Adoramos la rigidez, la pureza, la frialdad y la ausencia de mancha de la muerte como única salvación. Salvación vacía, como el espectro que vive en un billete.
Y sin embargo, a veces…
It's up in the morning and on the downs Little white clouds like gambolling lambs And I am breathless over you And the red-breasted robin beats his wings His throat it trembles when he sings For he is helpless before you The happy hooded bluebells bow And bend their heads all a-down Heavied by the early morning dew At the whispering stream, at the bubbling brook The fishes leap up to take a look For they are breathless over you Still your hands And still your heart For still your face comes shining through And all the morning glows anew Still your mind Still your soul For still, the fare of love is true And I am breathless without you The wind circles among the trees And it bangs about the new-made leaves For it is breathless without you The fox chases the rabbit round The rabbit hides beneath the ground For he is defenceless without you The sky of daytime dies away And all the earthly things they stop to play For we are all breathless without you I listen to my juddering bones The blood in my veins and the wind in my lungs And I am breathless without you Still your hands And still your heart For still your face comes shining through And all the morning glows anew Still your soul Still your mind Still, the fire of love is true And I am breathless without you
- Shannon Hoon se le aparece a alguien y le canta. - Chispas se echa una siesta en el ultramundo gatuno. - Muere un banquero. - Los tejones se reúnen y planean conquistar el mundo. - Miyazaki se decide a hacer su última película una vez más. - Declaran el gin tonic de Tanqueray bien de interés general. - Sale un nuevo anuncio de Intereconomía aun más gracioso que el anterior. - Alguien lee por primera vez el Retrato de Dorian Gray. - Dos se besan y nace un recuerdo. - Descubren que las barbacoas hacen crecer el pelo. - Un niño grita que le gustan las tortugas. - El Señor Tejón concive un texto en el que no se hable de lo siniestro en Freud, de Lacan, de Duchamp, del romanticismo, del "relativismo posmoderno" ni de Picasso... ¡Y muchas cosas buenas más!