guiado por las apariencias

4/4/09

Some day never comes.

El otro día cené con mi madre en un restaurante casi vacío (la crisis). Mientras yo me zampaba un solomillo (gracias madre), ella dijo algo que me pareció verdaderamente brillante: que los hombres, al drogarse, se equiparan a los dioses, y que por eso los dioses castigan a los que se drogan destruyéndoles. Los griegos no eran tontos, los dioses son envidiosos y vengativos, o como dice Ismael, nada es gratis. Los dioses griegos envidian a los hombres ¿por qué?, nos envidian porque morimos. En Blade Runner el diseñador de los replicantes le dice a su creación, Roy Batty: "la luz que brilla con el doble de intensidad dura la mitad de tiempo, y tú has brillado con muchísima intensidad", brillamos porque morimos, porque somos imperfectos, nuestra condena como mortales es ser torpes, inexpertos, impotentes, melancólicos. Pero la condena de los dioses es el aburrimiento, la frivolidad, es una condena mucho más amarga. Aburrirse siendo mortal es un pecado terrible, terrible y estúpido. En El Paraíso Perdido el Diablo envidia al hombre, le considera la creación predilecta de Dios por encima de los ángeles, porque el hombre tiene alma y el alma es lo que le permite elegir, lo que le permite pecar. Ser humano es poder escoger, los más terrible de la miseria, de las guerras, del Horror, es que arrebatan al hombre la capacidad de tomar decisiones (La publicidad tampoco me gusta demasiado). No me importa que la vida sea dura a veces y que halla cosas que duelan mucho, constantes pérdidas de esta vida que pasa, pérdidas que dejan cicatrices. Desde hace unos meses soy consciente de que no me cambio por los dioses.

Odio a Charlot, le odio de verdad, cuando en Tiempos Modernos patina al lado de un agujero con los ojos vendados, siempre deseo que se caiga y se rompa la crisma. Pero en el cuarto de baño de Almudena había colgado un póster con una foto del tipejo vestido de preso y una frase que decía: "me gustan mis errores, no quiero renunciar a la deliciosa capacidad de equivocarme".

Pues eso, que he dejado de hacer tantas entradas intimistas, pero que una de vez en cuando no está mal, y que me gusta la vida con todas sus angustias, que no creo en un mundo perfecto en el que todos sean felices y vivan en armonía, ni lo creo ni lo quiero, pero sí pienso que es una vergüenza y una desgracia que halla tanta gente que no tiene ni la oportunidad de equivocarse. Que nunca llegará el día en el que ya sepamos o podamos descansar de verdad, que se vive sobre la marcha y que el único día que llega al final es el día de nuestra muerte, pero está bien así, está bien así.

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La primera cosa que recuerdo es preguntarle a papa "¿por qué?",
porque había muchas cosas que no sabía.
Papá siempre sonreía, me cogía de la mano
y decía: "algún día entenderás".

Bueno, estoy aquí para deciros a cada uno de vosotros
que será mejor que lo aprendáis rápido, que lo aprendáis jóvenes,
porque "algún día" nunca llega.

El tiempo y las lágrimas pasaron y yo no obtuve más que polvo,
porque había muchas cosas que no sabía.
Cuando Papá se fue dijo: "intenta ser un hombre
y algún día entenderás".

Bueno, estoy aquí para deciros a cada uno de vosotros
será mejor que lo aprendáis rápido, que lo aprendáis jóvenes,
porque "algún día" nunca llega.

Y entonces, un día de abril, yo ni siquiera estaba allí,
porque había muchas cosas que no sabía,
un hijo mío nació, y mamá agarró su mano
diciendo: "algún día entenderás".

Bueno, estoy aquí para deciros a cada uno de vosotros
será mejor que lo aprendáis rápido, que lo aprendáis jóvenes,
porque "algún día" nunca llega.

Creo que era septiembre, del año que me fui,
porque había muchas cosas que no sabía.
Y aun le veo de pie, intentando comportarse como un hombre,
y yo le dije: "algún día entenderás".

Bueno, estoy aquí para deciros a cada uno de vosotros
será mejor que lo aprendáis rápido, que lo aprendáis jóvenes,
porque "algún día" nunca llega.

3 comentarios:

isa dijo...

yo tampoco me cambiaría por un dios... me equivoqué tantas veces que he perdido la cuenta, y me quedan tantas por equivocarme que no me apetece ni pensar en ello... y a veces me da miedo pensar que cada paso que doy me lleva en una dirección, y cuando me equivoco cuasta demasiado dar la vuelta... pero siempre es mejor que quedarme quieta.
un abrazo, sr. tejón...

Julio Teruel dijo...

Desde hace unos meses soy consciente de que no me cambio por los dioses.
Y lo que más me gusta de esa frase es "desde hace unos meses".

Qué grandes los griegos. Esa teoría de temerles y respetarles pero no querer parecerse a ellos por sus mundonas defectos la desarrolla guay Javier Reverte (que no Arturo P.) en su libro Corazón de Ulises.
Si te mola la mitología, muy recomendable.

Como siempre, no dejo de aprender algo cuando me dejo caer por aquí, así que gracias, amigo (el buen profe no es el que enseña, sino del que se aprende).

Y con respecto a tu comentario en mi último post (me encanta, tío, me encanta tu coment): no respondí yo, sino ella, ella de carne y hueso, porque yo no puedo dejar de contar mis intimidades en mi puto blog, y ella es de las que responde sin morderse la lengua (y, como tú dices, poniéndome en mi sitio muchas veces, aunque... siendo efectista!!! jijiji, i like it, claro).
Me encanta que opines que nos gustamos, porque sí, porque nos gustamos, pero no bien, nos gustamos mal. Asimétricamente.
Hubiera sido la polla que el comentario fuera mío. :)
Tomo nota de tu consejo: escribiré desde las tetas y desde el coño.

Un abrazo, senshei!

Anónimo dijo...

Tejón, gracias mil por atreverte a meter la nariz en esto, por legitimar con tu comentario mi incursión en este universo que es de Julius y no mío. Como ya el sabe, no puedo evitar responder, a cañonazos, porque en mi opinión, lo merece el castillo que defiendo. Un pañuelo de seda, en su solapa, o en mi puta casa. Gracias mil también por tu piropo sobre mi manera de escribir. Julius y yo hemos podido coincidir en la forma, lo que me halaga porque en este aspecto le admiro un montón.
Sobre nuestra convergencia en la forma de pensar...creo que nunca he conocido a nadie con quien fuera tan difícil entenderse. Es el polo sur de mi filosofía. ¿Murallas y fosos en lugar de cañonazos? No way! Me emociona Isa con este comentario tan breve pero que resume casi quién soy.
Sobre tu post…no puedo ser más fan de la Creedence, y casi lloro de éxtasis al leerlo. Desde que "long as I can see the light" vino a mi a los 16 años, empecé a saber quién soy, y cómo caminar cada vez que hay que empezar a mirar a otra parte. Me ha encantado tu pensamiento en espiral centrífuga… Julius consigo mismo…o ella que a lo mejor existe…o, ¿por qué no hablamos de Lacan? Una estructura mental brillante. Así es como emigramos del ombligo a la filosofía. Como ves, estoy mucho más del lado del contenido que de la forma. Siento no saber mucho de literatura, pero todo este tiempo he estado viendo el blog de Julius y demás compinches, y seguramente que os seguiré leyendo, y admirando tanto las palabras como las psiques que colgáis aquí.
Y hasta aquí mi punto de vista femenino, que creo haber escrito sin utilizar mis tetas ni mi coño para nada. Pero eso ya es otra historia...
Tejón, ¿sabes que hay quien me llama comadreja? tengo unos motes más raros...Jaja! Abrazos de alimaña.