guiado por las apariencias

24/11/08

Jajaja.

Bien, intentemos construir una escena que funcione a modo de alegoría del sentimiento de desarraigo del individuo en el entorno relativista posmoderno (joder, vaya frases me marco a veces).

La cosa sería así: tomamos un individuo, y para acentuar su condición de indefensión y desconcierto, elegimos un niño. Tiene unos diez años, momento en el que la razón y la identidad ya están lo suficientemente desarrolladas y ya se ha adquirido una cantidad de aprendizaje social importante. Colocamos a este individuo en una situación de gran presión social, un evento público, incluso un entorno en el que el que esté expuesto al juicio de la masa anónima: una grabación televisiva, por ejemplo.

Nuestro niño, amedrentado como está por todo ese mundo que le observa, le juzga y le rige sin darle a cambio ningún macrorrelato al que atenerse, intenta protegerse. Se cubre con una máscara, se hace pasar por alguien inmortal, peligroso, por un ser sombrío. Pero su disfraz es ridículo, su estado de indefensión es evidente y su expresión de desconcierto y de temor le delata claramente.

Hasta aquí hemos definido al protagonista, pasemos al antagonista. Ha de ser un personaje muy formal y superficial. Alguien que represente la frialdad del acoso de la vida pública, la angustia de la necesidad inútil de buscar una identidad a través del otro al no encontrarla en uno mismo. Sin duda, un periodista. Por contraste, ha de acercarse al chico derrochando seguridad, ignorando su miedo, sin ninguna ternura. Le interroga, pero no con agresividad; su falso interés es mucho más cruel.

El chico siente verdadero pánico por toda esta presión absolutamente exenta de empatía. La pregunta del periodista le turba. Busca frenéticamente en su interior una respuesta coherente. Por fin, la encuentra: acude a su pasión, a aquello que ama. Ve la luz, comunica al mundo entero su cariño por algo. Con su emotividad intenta hallar una salida a la siniestra realidad incongruente y amenazadora.

Pero nada más expresarse cae en la cuenta de su error. Sus palabras son ridículas, no hay lugar para la pasión en un entorno basado en la imagen fugaz, superficial por principio. El periodista ni se esfuerza en humillarle, su condescendencia es mucho más cruel. Así se cierra todo, el niño perdido con su máscara se queda sólo.

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Bueno, esta patraña de texto no pretende ser más que una prueba de que cuando algo es muy gracioso, lo es por algo. También es una prueba de que intentar explicar una broma puede ser curioso, pero resulta estúpido, porque por brillante que sea un texto dramático, el humor ácido y absurdo (el mejor humor siempre es ácido y absurdo) siempre va más allá. Siempre es menos concreto, más sutil, más incisivo y, sobre todo, más consciente de la absoluta falta de sentido que, en el fondo, tiene todo aquello que nos diferencia de los animales.

El video que cuelgo a continuación lleva más de ocho millones de visitas en youtube. A mí me parece absolutamente brutal y muy muy gracioso.


Plata y oro.

El Tejón.



P. D. ¡Ya llevo 50 entradas! A la derecha hay una encuesta conmemorativa, no seáis costras y votad, coño.




4 comentarios:

Anónimo dijo...

me encanta,

también es interesante pensar como este chico, tan increible y sorprendente, tan zen de alguna manera, ha podido vivir la repercusión de si mismo.
yo creo que le costará, dentro de sus 10 años, pensar por qué causó furor su manifiesto en 3palabras. Pensará que el mundo está loco por reproducir una y otra vez su imagen en un canal de video de internet? podrá comprender porque se han hecho incluso varias parodias de algo que salió de su boca, entenderá por qué es tan gracioso?
podra distanciarse con los años y de pronto ser adulto y abarcar la grandeza de este momento para la posteridad? ¿le seguirán gustando tanto las tortugas como para esbozar una sonrisa de igual belleza al pensar en ellas?

yo creo que todos, en mayor o menor medida, cuando eramos pequeños, pensabamos que el mundo giraba en torno nuestro e incluso a veces creíamos que todo estaba organizado para seguir tu vida, como una gran biografía de película, o como el show de truman, todo estaba preparado para ti, lo sentías así, y punto, y era casi una certeza

desde luego este niño en un instante pudo sentir como el mundo, esta vez de verdad, giró para él.

Anónimo dijo...

ESTE NIÑO ES LO MÁS GRANDE, MATERIALIZA EL MAYOR ACTO POÉTICO AL QUE SE PUEDE ASPIRAR EN NUESTRO TIEMPO,

ALA, HE DICHO

Anónimo dijo...

y el primer comentario, aún hay vida inteligente en la llamada blogosfera

Germán Huici dijo...

Sí Nihil, no se de quien es el comentario, pero es brutal.