guiado por las apariencias

18/9/08

Ser es querer.


Este fin de semana pasado estaba en el aeropuerto leyendo los artículos de El País que mi padre me imprime a lo largo de la semana (gracias grandullón), cuando di con una columna de Félix de Azúa que lleva por título Inicuo paso primitivo. Yo tengo mis más y mis menos con las columnas de este autor (nunca he leído sus libros), pero ésta en concreto conecta mucho con mis preocupaciones y me ha motivado para escribir un comentario al texto (que tendréis que leeros primero si queréis entender algo).

Partamos de dos frases:

"La máquina de construir mundos posibles se había puesto en movimiento y gracias a ella el mundo obligatorio, aquel al que habíamos sido condenados (lo que más tarde llamarán El Edén) se convertía en un dominio controlado."

"A partir de la primera imagen quedaba dominada la totalidad de los caballos y podía llegar Platón (29.500 años más tarde) para darles la definitiva patada que los elevaría al mundo de las Ideas, allí en donde se puede amar sin dolor."

Azúa aborda el problema de la aparición de la representación plástica humana, pero en gran medida sus conclusiones pueden aplicarse al lenguaje y a todo el universo conceptual que el hombre acarrea. Pensar, pintar, hablar, escribir, imaginar… aquello que nos hace humanos a un nivel más íntimo, nos separa al tiempo del Edén, que nos rodea con su salvaje inocencia y a la vez se encuentra a una distancia insalvable. Pienso a menudo que la razón humana es un error, que fue útil para aprender a blandir palos, incluso afilarlos y convertirlos en lanzas, pero que, en algún momento, como un cáncer, esa capacidad práctica se desarrolló de forma descontrolada y degeneró en nuestra insaciable ansiedad dominadora y nuestra congénita sensación de desarraigo.

El Zen, el Génesis, Lacaan y sus órdenes, Platón, Cervantes y muchos otros se han planteado estos problemas. A mi me obsesionan también, especialmente en sus implicaciones a la hora de relacionarnos entre nosotros, individuos desarraigados. Si vivir ideas, arquetipos, nos impide a nosotros mismos vivir lo que realmente tenemos delante, nos impide también amar lo que verdaderamente tenemos delante. Amamos ideas, ideas que tenemos de otras personas. Ser amigo de alguien, tener un vínculo familiar o enamorarse, es, en gran medida, un acto de representación, un acto artístico. Amamos aquello que inventamos que una persona es a partir de lo que percibimos, amamos convirtiendo aquello que percibimos en una invención. Te quiero como pinto tu retrato, me quiero como pinto mi retrato, peligro terrible, melancolía, Dorian Gray.

Por suerte, las personas no son sólo ideas. Los otros tienen su propio universo conceptual y actúan. Tienen su propio cuerpo que se mueve, se acerca, se aleja y, eventualmente, muere. Por eso sólo en el Mundo de las Ideas se puede amar sin dolor. Sólo en el Mundo de las Ideas o en el mundo añorado por Cristo en el que el amor es global y absoluto, y, no distinguiendo, no está condenado al sufrimiento que implica la individualización y el deseo. El amor humano amedrenta, supone un peligro, el peligro de no poder controlar nuestras ideas, el amor lleva implícita la frustración y sólo con paciencia y sacrificio puede mantenerse. Hay que aprender a decir "vale", a cerrar los ojos y tirarse montaña arriba, montaña abajo.

Si amar es un proceso creativo; la cultura, el ocio, la riqueza personal, son fundamentales para ello; también el talento innato. Con ello no me refiero a la alta cultura, la cultura popular y tradicional puede ser igual o más rica que aquella. El Mundo de hoy sufre una desculturalización terrible, la aniquilación de la cultura popular y de la cultura religiosa y su sustitución por la escalofriante "cultura basura" que baja sus estándares de calidad año tras año, deja a la gente indefensa, mata su imaginación, mata su capacidad de amar a los demás y de amarse a sí mismo, de inventar e inventarse como personas y de pensar como individuos. En el éxito del modelo social chino, masivo hasta el extremo y despersonalizado; el terrorífico éxito de la Revolución Cultural ha sido sin duda crucial. En la Europa del XIX ya se intentó arrebatar a las clases populares su cultura. No debemos ser ilusos y considerar nuestro tiempo el mejor de todos los tiempos (el peor tampoco); los obreros se revelaron mucho antes que los campesinos en gran medida porque su vida era más terrible: sin un sistema de creencias seductor, sin unidad familiar, sin tiempo libre, tratados como simples números. Hoy las personas que tejen nuestra ropa son de nuevo seres condenados a vivir sin cultura, seres condenados a vivir sin Mundo de las Ideas y sin amor. Cada vez más, se intenta degradar la cultura no sólo de los parias, si no también de las clases medias. Repitiendo los esquemas sociales del Occidente decimonónico, nos dirigimos de nuevo hacia un Mundo en el que las potencias políticas y la macroeconomía juegan su juego sin la más mínima consideración con el individuo. Un Mundo así se avoca al terror y a la guerra, pues la guerra es la máxima expresión de la destrucción de la cultura, el amor y la persona.

Aunque el arte, la literatura, la religión, el diseño, etcétera, hallan estado casi siempre supeditados al poder explotador, su existencia es un dique que evita el terror.

Amémonos los unos a los otros, es una forma de impedir que nos roben lo que somos.

El Mundo de la Ideas puede ser un terreno frío y altivo pero cuando lo plasmamos sobre el otro se templa con el caos de la incertidumbre, se tiñe de rojo con el peligro del dolor de la ausencia y nos aporta el único atisbo de comunión entre carne y alma que podemos sentir aquellos que no somos ni santos ni iluminados.


* * *


Una vez vi una chica guapa en la biblioteca. A menudo las chicas tan guapas me dan pereza, es tan difícil que estén a la altura de las expectativas que crean… es tan desilusionante cuando no lo están… En vez de hablar con ella le escribí una poesía:


¿Por qué amamos aquello que seduce?

¿Por qué creemos que lo bello guarda magia?

El Universo en los ojos de una niña,

tan real como el sol por la mañana:

Sólo es humo, es un ángel sin su lira

Es mentira, es la muerte sin guadaña.


Todo lo dicho tiene unas implicaciones especialmente interesantes en la relación que se establece con los personajes que uno mismo crea. Pigmalión. Pero es un asunto que requiere otro texto.

A ver si empiezo mi novela y me rallo de forma más fructífera. (Ya estoy maquinando y también se avecina una revista literaria).

Besos. Ok. Vale.




7 comentarios:

Mr.Menta dijo...

Todas las cosas tienen su verdad./
Una verdad que no se apresura ni se resiste a salir./
No son necesarios los fórceps del cirujano para traerla a la luz./
Lo insignificante es tan grande para mí como lo más grande./
(Y ¿qué es más grande o más pequeño que el tacto?)/
Ni la lógica ni los sermones convencen./
La humedad de la noche entra más profunda
en mi alma que todas las palabras./
(Sólo lo que se prueba en todos los hombres y en todas las mujeres es verdad,/
y sólo lo que nadie puede negar existe.)
un minuto y una gota de mi mismo sosiegan mi espíritu./
Creo que la tierra húmeda serán algún día luz y amor,/
que el cuerpo del hombre y la mujer/
son el compendio de todos los compendios,
que el amor que los une es una cumbre y una flor/
y que de ese amor omnífico han de multiplicarse hasta el infinito/
y hasta que todos y cada uno sean más que una fuente de alefría común./

poema 30 de "canto a mi mismo" de Walt Withman

Germán Huici dijo...

Vaya, iba a decirte que realmente estabas mejorando de forma increíble tus poesías. Sí que es verdad que tiene una sensibilidad muy afín a la tuya (par de egocéntricos XD).

Germán Huici dijo...

o en el curro que estoy haciendo me ha aparecido la cueva de Chauvet otra vez. Estoy pensando en hacer u cuento sobre el artista. Como surge esa necesidad de retratar como ha de inventarse un estatus privilegiado para que le dejen ocupar todas esas horas en representar animales en vez de dedicarse otras tareas como cazar, como seduce a la tribu con sus dibujos como les atrapa con su arte. Cuando Ángel González dice que hay que tener cuidado con los artistas se pasa pero tiene parte de razón. El arte abre puertas enormes y las artes plasticas especialmente, yo creo que existían antes de las historias, es la primera vía de abstracción, de narración, yo creo que llega antes que la aparición del lenguaje complejo que permite contar historias. Antes si debía haber música, pero la música es otra historia, más primaria. He observado a los cuatro gatos que he tenido reaccionar ante la música y reaccionan. Y eso que los gatos osn animales muy estúpidos... la música es otra cosa. Pero la pintura, la pintura es la madre de todos los follones. La madre del cine de Billy Wilder, de la filosofía y de la física y de las bombas nucleares. Lo que se sale de todo es la música, no las canciones con letra, si no la música...

Anónimo dijo...

A mi me parece que el texto está muy bien

necesitamos algo de luz en estos días, aunque sea una luz tenebrosa, pero se despeja algo de todo ese amasijo que sentimos, que padecemos...ese verbo es muy significativo, padecer...porque la vida es una larga enfermedad, un camino de imperfeccionamiento si se me permite, desde la pureza de lo ideal al nacer, masa blanda en blanco, vamos padeciendo el mundo y así somos y como dice la canción y así nos va

dios qué película

Rulo dijo...

"Ser amigo de alguien, tener un vínculo familiar o enamorarse, es, en gran medida, un acto de representación, un acto artístico. Amamos aquello que inventamos que una persona es a partir de lo que percibimos, amamos convirtiendo aquello que percibimos en una invención."
Joder Tejón esto es crema y verdad.

Germán Huici dijo...

Muy grande esa foto, Rulo.

Anónimo dijo...

Muy interesante, ademas lo veo muy ligado con el articulo anterior o posterior no se de la musica pop.
Somos una "sociedad del espectaculo" claramente y nos dejamos arrastras por la gran avalancha del consumo, creo que esa es parte de nuestra lucha actual.
Interesante el texto de Azua y si escribes un cuento desde ya quiero leerlo. Aunque creo que el/los autor/es de Chauvet, intentaban retener, poseer, esas imagenes que observaban dia a dia, sin ser conscientes de lo que les acarreba. Es el precio que hay que pagar por nuestro deseo de poseer, conservar, es lo que a veces nos lleva a perder parte de nuetra libertad, si es que alguna vez a existido.
Gracias por los articulos te seguire leyendo, me interesa.
Lucia