guiado por las apariencias

4/9/08

Música Pop, bendita música Pop.

Mi disco de este verano ha sido Who's Next de los Who (un clásico en mi vida). Who's Next sale de Lifehouse: un proyecto fallido que Pete Townshead intentó retomar varias veces pero que nunca consiguió realizar. Lifehouse debería haber sido una ópera rock cuya música fuese en consonancia con el público hasta un nivel extremo. Cada miembro de la audiencia hubiese aportado los gráficos de sus constantes vitales e información sobre su personalidad y su vida, Townshead pretendía componer ayudado de ordenadores, conjugando todos los datos recogidos para conseguir llevar a la audiencia hasta un climax de tal intensidad que terminase produciendo una iluminación espiritual colectiva. Por aquel 1970, Townshead estaba muy colgado con el LSD y con las enseñanzas del santón hindú Meher Baba. El estado que buscaba inducir en el personal era una especie de trance perpetuo, en el que los afortunados "bailarían hasta sumirse en la inconsciencia".

Como todo esto resultó más complicado de lo que podría pensarse a primera vista (ironía), acabó juntando el trabajo inacabado y formó Who's Next; uno de los mejores albums de rock'n'roll de la Historia. En las canciones del disco se desarrolla parte de lo que hubiese sido la trama de Lifehouse: En un futuro súper polucionado, la gente, para sobrevivir, ha de llevar unos trajes protectores que no se quitan nunca. Para poder relacionarse unos con otros a través de estos trajes, todos están conectados a una red virtual que les produce estímulos, aunque de este modo las personas no sienten experiencias reales (muy parecido a Matrix y preludiando Internet en ¡¡¡1970!!!). Una campesina escocesa, Mary, se entera de que hay una resistencia que va a hacer un gran concierto de rock'n'roll en Londres con el fin de conseguir que las personas recuperen la capacidad de sentir experiencias verdaderas. Mary se escapa, pasa aventuras y acaba en el gran concierto. En plena sesión la policía les acordona y está a punto de entrar cuando la música llega a su clímax. Así, en ese momento, la intensidad es tal, que el trance sonoro les catapulta a un estado espiritual superior que hace desvanecer sus presencias físicas. Cuando los maderos entran se encuentran un local vacío.

Hoy en la universidad había un tipo de seguridad que nos mandaba callar cuando hablábamos. A ver si se me entiende: ¿QUÉ COÑOS ESTÁ PASANDO? Hace sólo 20 años, en Madrid, en los 80', a todo el mundo le hubiese parecido un puto escándalo que un tipo con porra y esposas se pasease y guardase el orden en una facultad universitaria. Los hippies eran extremadamente ilusos, el estrepitoso fracaso de su excesivo idealismo fue la crónica de una muerte anunciada, pero ¿qué mierda de juventud desengañada hemos vivido a cambio? Cuando miro a la música pop reciente, a la de esta década, me pregunto: ¿quien ha salido? Entre los artistas que han realizado impactos mediáticos, comerciales y sociales considerables, y que yo considero que tienen cierto talento y que, al menos, hacen su propia música, me surgen tres: Eminem, The Streets y Amy Winehouse (hablo de ellos porque han petado con algo suyo y bien hecho, no porque sean los que más me gusten). Sinceramente es difícil pensar en muchos más de auténtica repercusión; ¿qué tienen en común estos tres? ¡Los tres se dedican casi exclusivamente a hablar de su vida! Encima, los tres son drogadictos y su vida es la de un drogadicto. No es que crea que halla nada terrible en ello pero ¿en eso ha quedado todo? ¿Del Nirvana -y el término va con segundas- a "menudo pedo me pillé ayer"?

Supongo que la respuesta es sí: en eso ha quedado todo.


En palabras de John Lennon, 1970, tan sólo unos meses después de la separación de Los Beatles:


Dios.

Dios es un concepto

por el que medimos

nuestro dolor.

Lo diré de nuevo:

Dios es un concepto

por el que medimos

nuestro dolor.

Sí.

No creo en la magia.

No creo en el I-Ching.

No creo en la Biblia.

No creo en el tarot.

No creo en Hitler.

No creo en Jesús.

No creo en Kennedy.

No creo en Buddha.

No creo en mantras.

No creo en la (Baghavad) Gita.

No creo en el yoga.

No creo en los reyes.

No creo en Elvis.

No creo en Zimmerman.

No creo en los Beatles.

Sólo creo en mí.

En Yoko y en mí.

Y esto es realidad.

Yo era el tejedor de sueños,

pero ahora he vuelto a nacer.

Yo era la morsa,

pero ahora soy John.

Y así, queridos amigos,

sencillamente tendréis que cargar con ello.

El sueño se ha acabado.


Este post está dedicado con gran admiración a los directivos de productoras musicales y a los poderosos en general, que tanto talento han demostrado para convertir en mierda algo maravilloso en menos de 30 años. Deseo de todo corazón que vuestras almas sufran todo lo que merecen en lo más profundo del oscuro Infierno (que por desgracia no existe).


Y para no acabar de mal rollo: We won't get fooled again, la canción que debía de llevar al público a la iluminación. Aunque es un directo de 1979 y están un tanto viejunos, es la puta hostia:


2 comentarios:

nihil dijo...

muy curiosa esa historia del who's next, a mi estas obras imposibles me parecen la ostia, será por el amor al absurdo y eso

Anónimo dijo...

Es genial! solo creo que le falta un ¿quien *coño* ha salido? :-D

Si va a ser verdad que estamos conectados... aunque sea a través de la computadora y las fuerzas sobrenaturales que ninguno entendemos, mejor no extenderse demasiado... A los chubasqueros en unos años solo les quedará hablar. Las fuerzas americanas están probando trajes que chupan el calor que irradia el cuerpo por lo que ante una mira noctura son... invisibles! ¿Te lo puedes creer? Militares con "chubasqueros" como la capa de Harry Potter. Me parto...