guiado por las apariencias

3/10/13

Un jueves por la tarde.



Un jueves por la tarde yo encajé en los planes de Dios


un rayo cayó sobre mi cabeza


recto y brillante


como dibujado por un lápiz incomprensible.


Creí. 

Aun creo.


Pero pasaron los días

y no volví a saber nada de Dios.


Cuando dicen que los Caminos del Señor son inescrutables

tienen razón.


Inescrutablemente mi compañero murió en mis brazos.


Fue Dios el que me hizo anarquista.



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