guiado por las apariencias

30/5/12

Por qué me voy.



Pienso que este video traduce bastante bien el sentir general de mi generación: Somos jóvenes con una amplia formación académica, criados en un entorno de enorme bonanza económica, con unos hábitos de consumo tal vez excesivos, que pretendíamos seguir el camino trazado en el modelo de vida propuesto por el estado del bienestar. Un modelo de vida que nos permitiría disfrutar de la riqueza dentro de una sociedad que aseguraba oportunidades de integrarse y un mínimo de dignidad a todos, o casi todos.

Como le comento a la mayoría de la gente sobre mi marcha, esa ilusión se ha visto frustrada, el estado del bienestar se derrumba y la sociedad de consumo también, al menos en el lugar donde vivo. Cientos de miles de jóvenes salimos buscando un futuro mejor, el futuro que esperábamos tener aquí, el mismo hueco, pero en otro lugar.

Movimientos como el 15-M traducen la frustración general de ésta, mi generación. Y aunque su corte ideológico es diverso, en sus mensajes mayoritarios se puede apreciar ese sentimiento de profunda insatisfacción que nos sacude. El 15M mayoritariamente pide que no se nos arrebate esa justicia social ahora que más la necesitamos, que se mantenga la cobertura médica, que se mantenga el sistema educativo, que el estado del bienestar que tanto se nos vendió en los tiempos maduros, no desaparezca ahora que vienen los duros.

Bien, esta es la generación a la que por espacio y tiempo pertenezco. Y esto es más o menos lo que le digo a la mayoría de la gente cuando me preguntan por mi marcha a otro país, planeada para dentro de unos meses. Pero, en realidad, es lo que digo sólo cuando no tengo confianza o no quiero discutir, porque, en realidad, todo lo anterior me parece una mierda. 

Repasemos esas ilusiones sociales que hemos tenido, hablaré ahora por mi mismo:

Tengo 30 años, crecí en Madrid, comí bollicaos, vi el equipo A, me enamoré de Cameron Díaz en la Máscara, me acabé el Súper Mario Bross, seguí la Liga e hice más o menos lo que me dijeron... Tanto en el colegio, como en la tele, como en casa me repitieron una y mil veces lo importante que era estudiar, porque eso me permitiría trabajar y así podría tener dinero y una vida feliz. Pero no creo que tuviera más de 14 años cuando empecé a entender que todo eso era mentira.

Yo, y la gente de mi entorno, hemos crecido bombardeados por los mitos de la sociedad de consumo, pero también hemos crecido sabiendo (lo reconozcamos o no) que la gente de otros estados se moría de hambre mientras nosotros vivíamos en la abundancia material y que las fronteras de nuestros países estaban guardadas por vallas bien altas y militares armados que controlaban el flujo de inmigrantes y que intentaban que sólo pasasen los justos para realizar aquellos trabajos que nosotros no queríamos hacer. 

Hemos visto a nuestros padres, beneficiados del "milagro español", de uno de los mayores despegues económicos de la historia. Y hemos visto que a pesar de tener casas en la playa, televisores de la hostia, coches, zapatos y juguetes para los nenes, en muchos casos no eran felices, y cuando lo eran no era en absoluto por lo mucho que trabajaban ni por todas las cosas que podían comprar con el dinero que ganaban.

Yo se desde niño que los banqueros son codiciosos, que los políticos, en todas partes, se mueven por la ambición de poder y que la seguridad social es algo que no estába mal, pero que se limitaba a mi país, que era rico y que "cuidaba" de sus habitantes, pero que no hacía una mierda por el resto del mundo. Se desde niño que el trabajo, para la gran mayoría de la gente, acaba siendo una mierda en la que uno emplea la mayor parte de su vida y que consiste, básicamente, en hacer lo que a uno le ordenan a cambio de dinero.

Hoy, mi situación económica no es buena. Gano una cantidad con la que mi madre no entiende que se pueda vivir (sobre todo pagando el alquiler que pago) y me cuesta encontrar trabajo. Pero, todavía, soy independiente, y mi mujer también. Podría quedarme, y desconfío del sueño del inmigrante; sé que es posible que no encuentre allá algo mucho mejor. No me voy por eso que le digo a la gente. No me voy para buscar mi final feliz.

Me voy porque estoy asqueado de este mundo. Porque no puedo con el modelo que se me ha impuesto, desde niño, nunca me lo he creido y nunca me ha gustado. Me voy porque siempre he intentado vivir en los bordes: al margen, dentro lo posible, de ese sueño que en el fondo TODOS sabemos que es una pesadilla. Me voy para no quedarme quieto, para seguir viviendo, y también para encontrar un lugar donde pueda hacer las cosas de la forma más diferente posible a aquella que me enseñaron que estaba pensada para mí.

Estamos perpetuando un mundo asqueroso. Hoy más que nunca la mentira que todos nos repetíamos una y otra vez resulta evidente, grotesca. ¡Basta ya! No deseemos volver a lo que teníamos, seguimos teniendo lo mismo: una sociedad de mierda donde unos pocos nos manipulan a la mayoría para explotarnos, para impedirnos ser dueños de nuestras propias vidas, y ni siquiera ellos mismos son realmente felices mientras nos joden.

No quiero para mis hijos la bonaza económica que yo he tenido, no quiero que ellos tengan la tele, ni los juguetes, ni el colegio, ni la medicina que yo he tenido. Por no hablar de la competitividad, la perspectiva laboral, la polución o el bombardeo mediático. Todo eso siempre me ha parecido una basura y si la crisis me anima a mí y otros a esforzarnos más por buscar otra manera de vivir, bienvenida sea.

Se que no voy a acabar en una maravillosa comuna, rodeado de verdes prados y siendo amigo de los osos amorosos. Tampoco me gustaría, la inocencia jipi me produce nauseas, pero al menos mientras no me conforme con esta basura y siga buscando y aprendiendo, no estaré completamente dentro de aquello que me habían prometido/impuesto. De eso va la vida, al fin y al cabo, de estar "en proceso de", porque llegar nunca llegas, sólo al final, en el que se llega a ninguna parte.

No se cuanto tiempo seguirá mi generación siendo una generación perdida, pero yo voy a esforzarme por no estar allí cuando ellos se encuentren. Voy a intentar seguir siendo una persona perdida, con una pareja perdida que forme una familia perdida, con niños perdidos. Y es por esto, no para encontrar, sino para seguir perdido, que me voy.

A todos los que quiero, les echaré de menos. Pero a los sueños que me vendieron, a esos no, ni tampoco a eso que llaman patria, que es otro nombre de la misma mierda.

Plata y oro. 
El Tejón. 


1 comentario:

hartadelnick dijo...

me parece genial, y espero que sigas siendo un "perdido" siempre...
muchos besos!
isa