guiado por las apariencias

30/8/11

Máquinas del tiempo.

Extrañamente madurar resulta ser, para mí al menos, no tanto aprender a no cometer los mismos errores, como aprender a gestionar mejor eso tropiezos cíclicos.

Tras un mes de Agosto árido, que no ha sido más triste porque yo me voy conociendo mejor, releo el libro que no he conseguido editar y mi cabeza vuelve a ponerse en funcionamiento.

Yo reivindico el poder de la palabra hablada como fuente de conocimiento. No todo está en los libros; ni el leer asegura el pensar, ni aquel que no lee es necesariamente un tonto o un inculto. Pero la palabra escrita sí tiene el poder de abrirnos ventanas a otros tiempos y espacios, algo que la hace partícularmente estética, incluso cuando las palabras que representa no son particularmente poéticas.

Leyéndome hoy, me recupero. No me recupero de nada en concreto, sino me recupero a mí mismo. Recuerdo lo que un día fui, lo que pensé.

Todo arte es, de alguna forma, una máquina del tiempo.

No hay comentarios: