guiado por las apariencias

17/5/08

Manet acaba de morir.

Manet acaba de morir:
"Al día siguiente, en Giverny, algunos de los bultos de Monet y Alice estaban aún sin abrir cuando éstos se enteraron de la noticia. Al instante telegrafió a un sastre de la calle des Capucines pidiéndole urgentemente un traje y, el 3 de Mayo, tomó uno de los primeros trenes a París. Llegó a las nueve de la mañana y se dirigió primero a la galería de Durand-Ruel para coger algo de dinero con que pagar el traje; Luego salió disparado hacia la iglesia de Saint.Louis-d'Antin, en Batignolles, para unirse a los demás portadores del ataúd, que eran Antonin Proust, Théodore Duret, Fantin-Latour, Alfred Stevens, Philippe Burty y Zola. Una gran muchedumbre esperaba en silencio en las aceras. Eugène, Gustav y Jules de Jouy encabezaban el cortejo fúnebre, mientras que Degas, Renoir, Pissarro y Puvis de Chavannes marchaban detrás del ataúd. Las calles estaban abarrotadas de gente que quería honrar al desaparecido. Todo Mont-martre parecía estar allí. El amigo de Manet, Jules-Camille de Polignac describió la escena. En un día por lo demás corriente -sin sol, sólo con alguna que otra leve nube que estendía sus tonos grises por el cielo pálido-, la carroza fúnebre iba dejando atrás a dependientas que compraban el almuerzo y a criadas atareadas que cruzaban la calle con delantales blancos. La calle era un festival de colores vivos con montones de lilas, violetas, pensamientos y rosas, que desprendían un olor intenso. Detrás, unas quinientas personas desfilaban lentamente. El cortejo se detuvo delante de la iglesia de Laint-Louis-d'Antin; delante del altar mayor, había un deslumbrante catafalco iluminado. Toda la iglesia estaba tapizada con colgaduras negras, donde resaltaba la letra M. Entró el ataúd cubierto de guirnaldas y coronas de flores, y en ese momento empezaron a cantar los coros, seguidos por el solemne oficio funerario.
En la puerta de la iglesia seguía congregada la inmensa multitud. Polignac oyó comentar en uno de los corrillos que se habían formado: "¡Pues al final fue pérdida de tiempo lo de brearle!". El cortejo reanudó su lenta marcha por el Boulevard Haussmann, las calles La Boétie y Marbeuf hasta Trocadero, camino al cementerio de Passy. Allí el cielo parecía lavado. De repente se abrieron las nubes y un rayo impactó sobre las jóvenes hojas de una hilera de árboles. Tras los solemnes actos en la iglesia, el cementerio parecía un lugar fresco y simple, primaveral. Alguien, olvidándose del duelo exclamó: "¡Qué bien se está aquí!". El cortejo dejó atrás sus parterres festoneados de florecillas blancas y, ante los deudos que se iban acercando, apareció la panorámia completa del cementerio: un lugar bonito, sencillo, rodeado de flores, bajo el suave cielo gris."
El relato está sacado de Vida privada de los impresionistas, de una tal Sue Rose.
Es curioso la intimidad que se puede llegar a sentir con algunas personas con las que nunca has tenido contacto físico. Manet me enseñó a ver pintura a través de su exposición del Prado del 2003, enseñanaza que completó su base con la exposición de Bill Viola de la Caixa un año más tarde. Manet me hizo el regalo del tiempo más lento de los cuadros. Pienso demasiado (eso no quiere decir que piense bien), la pintura me ayuda con este probelma. Poder plantarse ante un cuadro, una imagen fija, y dejar pasar el tiempo... es una experiencia tan distinta al cine o a la lectura... Me encanta esa sensación de ser el propio dueño del ritmo de la narración que me está siendo ofrecida: yo puedo sacar mis conclusiones, deleitarme en el placer formal, perderme en otras divagaciones o, simplemente, dejar de pensar. En Manet ese pensar mucho, disfrutar con la forma y llevarte hasta la extenuación para que al final simplemente te pierdas, está muy presente. Al menos es como yo suelo vivir su pintura. Manet da un descanso a ese pensar a borbotones que impone la vida moderna con su exceso de estímulos. Y a la vez es un grandísimo enrevesado. Supongo que me gusta, no porque haya sido el mejor, si no porque es muy afín a mí. Es de esa gente como Woody Allen, o James Barrie, que me hacen sentir: "si yo fuese listo de verdad haría algo así". Luego, claro, están los Picassos y Freuds que me suscitan otro tipo de fascinación: la de no poder concebir cómo han llegado a semejantes creaciones.
Cuando leí el fragmento que os mando se me escaparon unas lagrimillas. No es raro, casi nunca lloro en la vida real pero con las películas y los libros tengo el llanto muy fácil. Luego volví a llorar al final del libro cuando se van muriendo todos los impresionistas. Una de las muertes me hacía llorar por segunda vez: la de Renoir. Hace unos meses me leí la biografía de este pintor escrita por su hijo, el director de cine, la tal Sue Rose cuenta exactamente los mismo que el libro de Renoir mi Padre. Renoir pintó hasta el último día, con una artritis tremenda tenían que atarle el pincel a la mano deformada con pañuelos. La última mañana estuvo pintando unas flores, cuando terminó dijo: "Me parece que estoy empezando a entender algo". Qué guay ¿verdad?
Y eso, esta es la segunda entrada de mi blog: sr-tejon.blogspot.com , lo he fundado para escribir mis reflexiones sobre arte. Es básicamente un coñazo, así que no os aconsejo que entréis (el texto de la primera entrada es bastante malo, de hecho). Pero bueno, si algún inconsciente se anima, bienvenido sea.
Os dejo un retrato de Renoir artrítico hecho por Picasso a partir de una foto, el Folies Vergere de Manet, y el principio de Magnolia con la canción One de Aimee Mann, porque con el Paul Thomas Anderson también me identifico.
Últimamente escribo, así que estoy de un extraño buen humor.
Muchos besos a todos
El Tejón.

Magnolia, títulos (se ve muy oscuro).


2 comentarios:

Anónimo dijo...

Bueno Tejón, soy Juan, ahora Emeritense. Me alegra que compartas tus visiones del arte, son muy interesantes y enriquecedoras asi que
supongo que todos las disfrutaremos incluso en la distancia.

Espero leerte pronto y que los textos complestos sean tuyos, jejejeje
Un abrazo y cuidate Ratón, sigo Tejón.

nihil dijo...

http://www.anfrix.com/el-burro-que-engano-a-la-elite-intelectual-de-paris/