guiado por las apariencias

23/4/10

Qué bien, pasó de nuevo.

Estuvo en aquel primer video de Björk que vi, aquel que tenía algo que yo reconocía aunque no sabía lo que era. Estaba, está o estuvo en el Demian de Hermann Hesse que leí sin parar en vez de estudiar la selectividad y que hoy considero un libro demasiado inocente. Estuvo en tu cara un día que te vi tan guapa que ni desearte pude. Estuvo en algunas montañas y puestas de sol que si se pintaran o se fotografiaran serían horteras. También en una película de Indiana Jones, cuando oí aquello de “que mis ejércitos sean las rocas, los árboles y los pájaros del cielo”. Fiestas drogado hasta rondar mis límites con música rítmica y gente borrosa. Romeo y Julieta, Joyce, la Música nocturna de Madrid, San Carlos de las Cuatro Fuentes y, también, Camela. Tantas veces en las que por fin yo no estuve. A veces, tu pelo.


Cada vez que la experiencia pura no duele, allí está. Más allá de todo prejuicio, más allá de mí, y no se puede explicar ni encerrar porque es lo único libre que tenemos los hombres y lo único que nos da algo de dignidad frente al resto de los animales que nos miran desde su eternidad, incapaces de comprender nuestra angustia.


¿Cómo no voy a ser melancólico si soy adicto a algo que siempre es fugaz y que nunca se acaba?


Hoy, descubriendo a Nach:



"Yo vivo entre millones que se buscam unos a otros; a ver, decidme, ¿a quienes buscáis vosotros?"
.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

seguias escribiendo y te había perdido de vista, ¡maldito!
me alegro de cojer el tren de nuevo,
ya no te suelto de mi pantalla,
nos vemos pronto.
Besos. Sr. Menta

Anónimo dijo...

BRUTAL, germán.
brutal también ayer.
además, ya no hace tanto calor.

un abrazo
raquel