Durante
mucho tiempo me he preguntado ¿cómo pueden dormir por las noches? El
presidente de la Bayer, los banqueros, Felipe González, los brockers, el
gerente de supermercado que despide a gente. He tardado demasiado en
entender que es una pregunta estúpida; la gente es muy versátil y
encuentra las más diversas soluciones: algunos explotadores son sádicos,
otros cínicos, muchos lo suficientemente grises
como para no plantearse esto, algunos incluso "buena gente" que
simplemente han conseguido autoconvencerse de que sólo participan de un
orden inevitable superior a su voluntad... La verdadera pregunta, para
la que no tengo respuesta, es ¿cómo duermo yo por las noches? ¿Cómo? Si
participo a veces como víctima y muchas veces como responsable de todo
esto. Ésa es la verdadera pregunta moral, ésa es la pregunta en la que
hay que esforzarse. Esforzarse porque, aunque no podamos responderla, sí
podemos tenerla presente.
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