guiado por las apariencias

3/4/14

La fe del homo economicus.



La mayoría de las gentes de todas las partes y de todos los tiempos viven intentando disfrutar de vez en cuando de un olor, de un sabor, de bailar, de tocarse. Sólo el puritanismo impone una vida sin días de fiesta, una vida donde los días de penitencia son todos y donde incluso el descanso está medido y regido por la regla. El descendiente ideológico de ese puritanismo, el capitalismo, mantiene esa obsesión por hacer de todo una cuenta, una orden. En él incluso el descanso está cuantificado. Nos estamos forzando a ser fanáticos, tan fanáticos que creemos que esta forma de vivir es inevitable, innegable, insustituible. Somos tan religiosos que nos creemos laicos, porque hemos olvidado que hay alternativas a la fe.

.