guiado por las apariencias

30/5/09

Una teoría que espero desarrollar algún día.

Cada día me gusta más el Rococó.

El relativismo posmoderno pone en crisis la solidez del lenguaje. Palabras, historias, imágenes, belleza, razonamiento, todo código deja de ser absoluto, deja de ser sólido. Las artes plásticas han sufrido claramente el shock de la crisis de los lenguajes, si la relación entre significante y significado es meramente convencional, todo se tambalea. Las sensaciones cobran entonces el protagonismo. Las sensaciones no están pervertidas, son innegables, son. Los animales y los niños que tan despreciados habían sido, nos deslumbran desde ese momento con su pureza. Los lenguajes nos pervierten, nos separan de la sensación pura, el buen salvaje es mudo, sólo ve, oye, palpa, degusta y huele la realidad, vive en directo todos esos estímulos sin intentar salvaguardarlos de su fugacidad encerrándolos en símbolos. Al sentir nos libramos de la presión del tiempo y de la presión del yo, somos uno con el entorno, todo es presencia.

Mi teoría es la siguiente: cuando en lo plástico los lenguajes entran en crisis, la grandilocuencia del arte pierde fuelle. Entonces lo decorativo, el diseño, cobra el protagonismo. Se ve en el Rococó, como culmen de ese largo periodo de crisis que es el Barroco. Se ve en las vanguardias, que una tras otra intentan ofrecer lenguajes sólidos, y que una tras otra caen de forma fugaz y acaban teniendo su mayor repercusión en el campo del diseño, como soluciones puramente plásticas (e incluyo en esto a la mayor parte del arte dada, no así a Duchamp). Se ve en Japón, cuya sensibilidad privilegiada para el diseño tiene que ver mucho con el budismo Zen, ese sofisticadísimo sistema de pensamiento centrado en escapar a las trampas de la razón (y cuando digo razón, quiero decir lenguaje) y en entregarse a la sensación pura.

La seducción de la identificación que nos ofrece el diseño tiene sus peligros. Objetos, textiles, grafismos: no nos basta con entenderlos y apreciarlos; por el fenómeno de la identificación queremos que sean parte de nosotros, queremos poseerlos, serlos. La publicidad, el capitalismo, se nutren de esta necesidad acuciante del hombre sin lenguajes sólidos.

En fin, como siempre, pensando demasiado.

Plata y oro.

El Tejón.
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26/5/09

Limbo.

Querida Gatis:

Ya es invierno en la gran manzana. Mi verano y mi otoño de confusión han pasado dejando un poso amargo, la verdad es que todo ha salido tan mal como se podía intuir. No te asustes por lo que te voy a contar, estoy bien, siento dentro de mí que a pesar de todo he sobrevivido y tengo ganas de seguir luchando. Hace un mes le dio una sobredosis a María. Dejó el teléfono descolgado y se pinchó una cantidad de droga desmedida, ella nunca se pincha. Mientras se iba yo estaba en una exposición de Bacon en el MOMA con Raúl. Viendo esos cuerpos en descomposición de repente lo sentí, como un relámpago. La llamé por el móvil y al ver que comunicaba quise salir corriendo a buscarla pero Raúl me retuvo, dijo que no tenía ningún sentido. A los cinco minutos volví a llamar, de nuevo sin respuesta. Esta vez no dudé. Cuando llegué estaba blanca, fue especialmente llamativo porque acostumbra a tener la piel tostada. Estaba preciosa, como si se hubiese detenido en el tiempo, parecía un personaje de un cuadro de Seurat… La viva imagen de la melancolía, la imagen aun viva. Llevaba sólo el camisón pero no teníamos tiempo, la cogí en brazos y la bajé a la calle, paré un taxi y la llevé al hospital. Mientras la llevaban en la camilla cogía mi mano y me sonreía y me pedía perdón. "¿Perdón por qué?", "porque lo hice para que me salvaras".

Su familia decidió que si no se metía a rehabilitación le quitarían la pensión, en principio ella prefería la segunda opción, pero hablando conmigo cambió de opinión. Me gustaría decir que yo la convencí, pero en realidad lo hizo por salvarme a mí, para salvarme de ella. Me dijo que se curaría si nunca volvíamos a hablar. ¿Y sabes que más? Me dijo que algún día yo volvería a casa, y que nos reencontraríamos tú y yo, Gatis. Y me pidió que entonces, cuando te abrazase, le dedicase un pensamiento, no porque ella quiera que siga en parte enamorado, si no porque en ese abrazo se estaría cumpliendo su voluntad, que es que yo me reencuentre contigo y recupere así la paz.

Lleva tres meses en la clínica, en teoría está desintoxicada y podría irse, pero ha decidido quedarse. Supongo que estar allí, aislada, en ese ambiente artificialmente pacificado y aséptico, es otra forma de no vivir. Yo sólo se de ella por terceros, creo que está escribiendo mucho…

Y han pasado más cosas malas, poco después de eso Michael se empezó a drogar. Creo que es lo peor que he hecho en mi vida, dejar que alguien como él se pervierta. En realidad todo vino de Raúl, que actuaba de una forma cada vez más enfermiza. Llegó un punto en el que se sentía tan ácido y furioso consigo, que empezó a incitar a Michael. Una noche atacó a su orgullo, le dijo que se creía mejor que nosotros y que en realidad era un cobarde que le daba miedo la vida, que por bien que tocase la trompeta nunca llegaría a sacar algo grande de verdad si no se arriesgaba del todo, si no se arriesgaba a morir. Lo peor es que había algo de cierto en sus palabras. Yo intenté pararle los pies, pero cargó contra mí diciéndome que sólo sabía estar en medio, que en todas mis relaciones tenía que ser siempre el otro y nunca el protagonista, que era otro cobarde. Y lo dijo de una forma que me hundió y cuando Michael cogió el cilindro de cristal y se puso a esnifar no hice nada, me sentí como si estuviese viendo una escena de una película. Desde entonces no ha parado y ha empezado a tomar crack y heroína de vez en cuando. Ahora toca la trompeta en el 13 puntos y realmente suena como nunca, cada sonido como un grito de rabia. Todo se ha ido pudriendo, corazón, todo, pero hasta que dimos contra el suelo permaneció en nosotros el sentimiento de que estábamos viviendo algo grande, cada vez más, cada vez más, hasta que dimos contra el suelo.

A mediados de enero la policía entró en casa. Tenían una orden y sabían donde escondíamos la droga, alguien nos delató, no sabemos quien… La gente es extraña, Raúl especialmente, asumió toda la responsabilidad. Se autoinculpó desde el primer momento, con la policía allí, asegurando que nosotros no sabíamos nada. Me lanzó una mirada de tal intensidad que de nuevo no me atreví a replicar. Michael ha salido libre sin cargos, a mí me han puesto una condena por posesión que me obliga a realizar 200 horas de trabajo social y Raúl pasará cinco años en la cárcel. En la cárcel de verdad. A la mierda, Gatis, a la mierda todo.

Lo cierto es que me he quedado sin ganas de nada. Trabajo de camarero y los fines de semanas voy a un centro de ayuda a drogodependientes donde ordeno los fármacos y limpio un poco, tampoco hago gran cosa. He tenido que alquilar un nuevo apartamento, comparto piso con dos chicas, Blanche y Simone, son pareja y unas estadounidenses bastante convencionales, la verdad. Se pasan el día viendo series en DVD. Casi no escribo. Leo, leo a Freud y a Lacan, y a un novelista japonés que se llama Natsume Soseki que me ha aconsejado Manuel. Leo también a Thomas J. Fry, un escritor mulato de la generación Beat que murió a los 26 años, tiene sólo una novela y algunas poesías. Estoy con la novela que se llama Risas Negras, cuenta sus peripecias en un viaje por la América profunda. Drogas y alcohol, racismo de blancos a negros y de negros a blancos. Murió de una paliza que le propinaron estando borracho.

Aun paseo, esta ciudad es el cielo, un cielo oscuro ahora que me pesan tanto los pies y los hombros, pero igualmente precioso. Camino por Central Park nevado, y voy a patinar solo a la pista del Rockefeller Center, al lado del árbol de navidad gigante. No creo que este año tenga ningún regalo. Aun veo a Manuel de vez en cuando, paseamos y charlamos, pero ya nunca en el 13 puntos. Él sigue yendo, supongo que es un superviviente, adelante, siempre adelante con media sonrisa en la boca.

No sé bien lo que he aprendido por ahora, tal vez he aprendido que no hay nada que aprender o tal vez mis experiencias me han turbado tanto que voy a necesitar tiempo para sacar mis moralejas. De todas formas no sé por qué siempre tengo que estar sacando enseñanzas de todo, llevo tal pila de lecciones contradictorias a lo largo de mi corta vida que debería estar escarmentado, debería dejar de creer en nada. Aunque si nada es seguro la única forma de saber es creer ¿no? Va, qué sabré yo, lo que sí puedo decirte es que seguiré buscando o huyendo o lo que sea. En cuanto acabe mi trabajo con los junkies me iré de aquí. Aun no sé a donde…

Te dejo con un fragmento del libro de Fry, creo que no hay ediciones en español, esto lo he traducido yo mismo:

"… después de vomitar todo el whisky, me tumbé en la cubierta, mirando al río con la cara apoyada en la madera. Las voces de sus cantos dejaban sentir aun su huella en mi alma borracha. Me asaltó entonces un pensamiento que ocupó mis entrañas con claridad desoladora: La vida es una sucesión de deseos y pérdidas. Cada cosa que ganas un día será perdida y sólo el final es sereno. Sereno y libre de cadenas.
Me fui quedando dormido, llevado por la corriente, viendo las aguas que la noche había vuelto negras."

Ahora mi vicio es el sueño, duermo diez horas al día, creo que no es bueno…

En fin, muchos besos.

Se despide,
nunca quieto,

El Tejón.

23/5/09

Arte y diseño.

En un tiempo en el que el arte sufre una terrible necesidad de sentido, el diseño resulta infinitamente más sólido. Una sociedad relativista, materialista e industrial, es una sociedad abocada al imperio del diseño. El diseño tiene una función, un valor comercial y puede aplicarse a la fabricación en serie. Es curioso que los diseñadores insistan en ser considerados como artistas. Qué es el arte es una pregunta cuya respuesta no debería ser demasiado conflictiva, es cuestión de mera convención, es arte aquello que nos ponemos de acuerdo en llamar arte, pero que algo sea arte no quita para que sea una auténtica mierda. Y las obras de arte pésimas no son patrimonio exclusivo de nuestro tiempo (aunque abundan en él), las imágenes devocionales dieciochescas que cubren gran parte de las iglesias españolas acostumbran a dar fe de ello. A mi parecer tiene mucha coherencia que el diseño sea diseño y el arte, arte. En sus mejores manifestaciones, ambos me fascinan, y creo que hoy, el diseño vive días mucho más felices que las artes plásticas.

Tras esta tontería, un consejo: id de compras, no compréis pero id. Pasead por esos estantes plagados de productos, de envases. Igual que me gusta ver catedrales aunque no comulgue con la institución eclesiástica, intento moderar en lo que puedo mi afán consumista, pero nunca me corto de ir a los comercios y mirar. Todos esos objetos exactamente iguales, es realmente un espectáculo siniestro pero fascinante, maravilloso, el espectáculo de las mercancías.


Buenos ejemplos de diseño editorial. (Sacados de ese emporio mediático en lo relativo a cuestiones de diseño que es acumulacionoriginaria.blogspot.com)

Posiblemente la obra de arte que más me ha decepcionado en mi vida: La Doncella Corintia de Wright de Derby. Me encanta el pintor, me encanta el tema, la obra reproducida tiene buena pinta... pero cuando por fin lo vi pude comprobar con toda la pena de mi corazón que es un zurullo.
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Plata y oro.
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El Tejón.
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22/5/09

Miscelanea.

Últimamente me viene a la cabeza una historia extraña. Pienso que lo que estoy viviendo ahora es un recuerdo en la cabeza de mi yo futuro, como un flashback en una película, en algún momento voy a salir de la ensoñación, alguién me dirá: "Señor Huici, le preguntó si no será así". Esas palabras me devuelven a la realidad en la que soy un psicoanalista de 56 años en un congreso, en un mundo futuro que intenta reconstruirse después de las profundas heridas de una tercera guerra mundial. Yo pido que me repitan la pregunta. Sigo siendo un tipo menudo, sigo pensando demasiado, hay cosas que no cambian, pero mi espalda duele aun más y la pasión que alimenta mis actos hoy ha sido sustituida por algo menos intenso pero más constante, tal vez eso que llaman "madurez".

El tema de la juventud vista desde la senectud me lleva a la muchacha con espejo de Giovanni Bellinni. Tal vez el primer desnudo laico del Occidente pos antiguo. Un cuadro de esos últimos años en los que Bellini ya ha abandonado su "maniera seca" y abre su pincel al maravilloso universo de lo blando, de lo táctil. Lo tactil es fugaz, es moderno, es tan fugaz y tan moderno que el desnudo contemporáneo intenta huir de ello centrando sus ojos en mujeres fibrosas, de curvas moderadas y rígidas que buscan escapar al tiempo. La mujer de Bellini es redonda, rolliza, su rostro triste. No me resulta una imagen muy erótica en realidad, la melancolía que impregna la escena desanima a cualquiera, una vez escribí:

Lo que pudo ser se quema
la vida se volvió loca.

No es coincidencia que Jean Clair vea en la melancolía uno de los temas fundamentales de la pintura contemporánea, en concreto de la pintura figurativa, esa que intenta atrapar la imagen, siempre fugaz, eternizándola, inmortalizándola. No creo que sea posible concebir un medio más nostálgico que la fotografía.

La relación entre arte y religión es fundamental para entender la crisis de la pintura y su avocación a la melancolía (de la que nunca estuvo totalmente exenta). La mayor parte de las religiones tienen en las soluciones escatológicas uno de sus puntos fuertes, la religión tiende a ser un antídoto contra la melancolía, contra la conciencia de la mortalidad. La pintura de un mundo religioso nos muestra escenas que nunca morirán del todo, porque nunca nada muere del todo, todo tiene un sentido. La transición hacia lo fugaz es especialmente elocuente en el Rococó; de la épica barroca a al erotismo de las fiestas galantes.

No es coincidencia que ese Mundo de las Amistades Peligrosas, de Casanova, de Watteau, esté tan obsesionado con el sexo. Freud no hubiese existido en un mundo religioso. Es muy probable que la neurosis y la represión sexual ya fuesen las fuentes de la energía que nos llevan a generar la cultura, pero canalizándolas en concepciones absolutas se hace muy difícil descubrir el pastel.

Los egipcios, capaces de construir las pirámides, fueron un pueblo que a penas dejó historias escritas. Sus mitos son bastante pobres dramáticamente en comparación con la epopeya de Gilgamesh o la deslumbrante mitología griega. Los Egipcios no necesitaban historias porque eran eternos del todo, sin principio ni fin. Grecia, en cambio, era un pueblo muy religioso, pero tenía una religión muy peculiar, la otra vida era una existencia residual, fantasmal, anodina. Por eso son los grandes contadores de historias, por eso fueron tantas cosas, por eso sufrían de una ansiedad tan acuciante como la nuestra.

Pero toda verdad a gran escala (y las verdades a gran escla son precisamente mi peor vicio), tiene su envés. Qué poco se ha inventado. En el Primer Periodo Intermedio, en los años de anarquía y profunda crisis espiritual tras el Imperio Antiguo, más allá del 2º milenio antes de Cristo, un poeta acompañado de la música de un arpa recitó el siguiente canto ante el faraón Intef. El Faraón, que por encima de ningún otro monarca de la historia basaba su poder en su carácter inmortal, mandó grabar los versos en su tumba:

“Generaciones y más generaciones desaparecen y se van,
otras se quedan, y esto dura desde los tiempos de los Antepasados,
de los dioses que existieron antes
y reposan en sus pirámides.
Nobles y gentes ilustres
están enterrados en sus tumbas.
Construyeron casas cuyo lugar ya no existe.
¿Qué ha sido de ellos?
He oído sentencias
de Imuthés y de Hardedef,
que se citan como proverbios
y que duran más que todo.
¿Dónde están sus moradas?
Sus muros han caído;
sus lugares ya no existen,
como si nunca hubieran sido.
Nadie viene de allá para decir lo que es de ellos,
para decir qué necesitan,
para sosegar nuestro corazón hasta que abordemos
al lugar donde se fueron.
Por eso, tranquiliza tu corazón.
¡Que te sea útil el olvido!
Sigue a tu corazón
mientras vives.
Ponle olíbano en la cabeza.
Vístete de lino fino.
Úngete con la verdadera maravilla
del sacrificio divino.
Acrecienta tu bienestar,
para que tu corazón no desmaye.
Sigue a tu corazón y haz lo que sea bueno para ti.
Despacha tus asuntos en este mundo.
No canses a tu corazón,
hasta el día en que se eleve el lamento funerario por ti.
Aquél que tiene el corazón cansado no oye su llamada.
Su llamada no ha salvado a nadie de la tumba”.
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Como soy un cansino que lleva toda su corta vida hablando de lo mismo, es probable que sea algo similar a esto lo que cuente en mi ponencia de ese congreso en el que estoy a punto de despertar. Tal vez la habré acabado precisamente con este poema, espero que para entonces escriba mejor y haya dejado al fin de ser tan cursi.

Mientras, en este recuerdo, llevo ya más de un año con este blog, un año en el que han pasado muchas cosas, un año que coincide con las 100 entradas nada menos. Gracias a todos los que me habéis estado leyendo, gracias en concreto a Marcos y Julio por haberme apoyado en mi nuevo periodo de inactividad bloguera que, en esta ocasión, se ha debido a motivos más felices. Gracias también a la fuente de esos motivos.

Bellini tenía 85 años cuando pintó a esa chica.

Plata y oro, muchachos

y que os sea útil el olvido.

P.D. tras releer: Joder, qué pedante me he puesto esta vez. JJ, lo cierto es que siendo un aniversario tan señalado no podía ser menos.


Bellini. Desnudo con espejo.Kate Moss.

Fragonard. Niña jugando con un perrito.